1.- LA ESTEATOHEPATITIS asociada a disfunción metabólica (MASLD) es la enfermedad por hígado graso no alcohólico que se denominará Enfermedad Hepática Esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD).
2.- LA ESTEATOHEPATITIS asociada a disfunción metabólica (MASH), es el Hígado Graso afectado de forma más severa con daños (inflamación del tejido hepático) dentro del hígado, a esto se denominará Esteatohepatitis asociada a la disfunción metabólica (MASH).
NOVEDADES: «El papel del ejercicio físico en las diferentes enfermedades hepáticas esteatósicas: una perspectiva actualizada» en 2024.
a) El ejercicio físico y su aplicación confieren múltiples beneficios multisistémicos. Este artículo define cómo el ejercicio influye positivamente en varias vías fisiológicas y metabólicas, mejorando directamente las alteraciones que se observan en MASLD y cirrosis, a destacar una mejor sensibilidad a la insulina, una menor inflamación hepática y una mejora de la función cardiovascular.
b) Los protocolos de tratamiento personalizados en cada paciente son esenciales porque es muy importante adaptar las prescripciones de ejercicio a las características individuales de cada paciente en función de la evolución y grado de inflamación. Este enfoque personalizado puede optimizar la eficacia y la adherencia, mejorando los resultados clínicos de ambas entidades. Razón por la que la historia clínica es de vital importancia.
c) Sinergia con la dieta establecida y el uso combinado de farmacoterapia.
La integración del ejercicio con el tratamiento dietético específico y tratamientos farmacológicos son de suma importancia para conseguir la mejoría de la evolución.
d) La combinación de una estrategia integral y multidisciplinaria, mejora las guías clínicas y los resultados de los pacientes en el tratamiento de la enfermedad hepática esteatósica. Es decir el equipo en todos los casos debe estar formado por el médico especialista en Aparato Digestivo, el equipo Nutricional con amplia experiencia en el manejo dietético de estas patologías y sus diversas complicaciones, el cambio de hábitos personales mediante el apoyo Psicológico con experiencia en diversos trastornos de alimentación, y el preparador físico y/o fisioterapeuta quien bajo supervisión médica realiza el o los diversos ejercicios físicos.
CONCLUSIÓN
«El ejercicio físico sigue siendo una intervención fundamental en el tratamiento de la MASLD, con buenos beneficios incluso para los pacientes que han progresado a cirrosis. Los regímenes de ejercicio personalizados deben priorizarse para todos los pacientes, incluidos los que reciben farmacoterapia de forma conjunta»
Datos: American Association for the Study of Liver Diseases (AASLD), EASL | The Home of Hepatology, Global NASH Council, European Liver Patients’ Association
Dr. Víctor Toledo-Pimentel
Especialista en Aparato Digestivo.